martes, 10 de marzo de 2009

Capitulo 4



Un episodio más de mis aventuras se dió cuando me di cuenta de que, lo más lejos que llegaría mi carrera futbolística sería echar los pulmones en la rena como un intento de jugador amateur playero.

Sin duda, eso de jugar futbol en la calle, frente a mi casa, me dejo enseñanzas.

Aprendí que cuando juegas con una pelota de plástico y hay mucho viento, tus disparos siempre van a todos lados, menos a donde deberían ir.

Tambien aprendí que la gente mayor no tolera más de 4 balonazos en sus rejas por partido sin hacer alguna colaboración al aprendizaje del lenguaje coloquial de los niños.

Aprendí que cuando alguien grita "PARALA" significa que algo malo puede pasar. Como esa vez que estrelle el balón en el hinchado vientre de una vecina embarazada.

Y tambien aprendí que los raspones, patadas, moretones y demás estragos que hace el futbol en tu cuerpo, son como una representación de la vida misma. Mientras mas intentos haces por conseguir una meta, mas duro te puede golpear para evitar que lo consigas.

Pero, una vez un vecino al verme en el piso con una rodilla raspada y sangrante me dijo:

- Ponte saliva, sacudete la ropa, y sigue jugando.

Supongo que aplica tambien para cualquier tipo de caída.