viernes, 19 de septiembre de 2008

Todo igual


Sonidos. Van y vienen. Un zumbido aterrador se apodera de mi, y no puedo hacer más que sucumbir a él. No quiero, pero no puedo, juro que no lo puedo evitar. Y sé que hay luz, que hay algo más allá, pero soy un inválido, hoy. No me puedo mover del cuarto, porque el sonido de allá afuera me anuncia que hay un hombre lobo esperando por mi cabeza. Estoy tan asustado, mejor me quedo un rato más bajo la cama...

Aunque pensandolo bien, no es bueno para mi este concierto de nervios frenéticos, lo mejor sería sacudirme el polvo de la mente pervertida que me tiene donde estoy. Viendo fantasmas de amores imaginarios perdidos en el colchón.

Bien, ahora si, me parece que estoy de más. Flotando entre los sucios recuerdos de ayer, y que hoy son parte de mi. Pues bien, no los quiero aquí. Me enferman, me hacen mal. Se siente horrible estar en este lugar. Se siente tan horrible caer otra vez por el mismo viejo barranco y al final, seguir lamiendo las heridas... ver como se abren los puntos de sutura de otras malas cirugías.

Duele. Si, duele. Haberte visto saltar desde tan alto, sólo por el miedo y las ganas de escapar. Yo de eso soy incapaz. Me mata no saber que será de ti. Pero me tortura más la sola idea de darme cuenta que aún cuando te has ido, pienso en ti. Que si bien te creía un asunto sencillo, no es así. y todo eso duele. Arde, quema, me hace sufrir. Porque aunque me parase desnudo en medio de la calle y me arrollára un trailer... bueno no vale la pena decir, que asi es la vida, que no hay mucho que discutir.

Duele ver, que de un modo u otro, las cosas siempre se encausarán de nuevo. Que todo lo malo y lo bueno de este mundo aterrador, tiene una inexplicable razón para ser. Duele verte sonreír en el espejo de tu cuarto.

Que mis dias y mis noches ya no esten llenos de ti. Que hoy seas un falto mañana de un atardecer en París. Que no habrá despertar entre las cobijas, ni un abrazo mirando a la colina. Todo eso duele. Y más, duele ver que a pesar de tanto mal, de tanto dolor, el aire sigue moviendo las nubes de la misma manera. Que el agua tiene su mismo sabor y el perfume, tu perfume, siempre olerá a lo mismo, aunque lo aspire en otro cuello.

Me duele, porque hoy no estás. A pesar de todo, yo sigo aquí. El sonido no se va, pero sigo aquí, es momento de abrir la puerta, olvidarme de tus labios y saltar. Hola mundo, hazme pedazos... de nuevo, hazme el amor.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

hablando de miedos..!!

buen escritoo
tambien me agrado el anterior..
aunke se me olvido el nombre =S


saludos ke este bien

anhi...

Eiri dijo...

Hoola! Gracias por pasar!! A decir vd eres la primer visita que tengo!!

Por cierto, conoces a los de Waffilms??? vi que tamb estas relacionado con comunicación

Cuidate!